viernes, 30 de marzo de 2012

No creo en los psicólogos.


Aunque no puedo suponer que se trate de lo mismo cuando Eduardo Serenellini periodista de Tómalo con Calma dijo: “no creo en los psicólogos”. Me salió decir: Hace veinte años que me recibí de psicólogo. ¿Saben que? Yo tampoco creo en los psicólogos, es mas ni siquiera confío en ellos.
Un paciente decía hace unos días: ”yo vine a vos con un plato rajado, y vos no me ayudas a arreglarlo”, mi respuesta: “hay un error en tu apreciación, tu plato no estaba rajado, estaba roto”, este hombre actualmente separado, llegó a golpear a su esposa, y ella tomó la decisión de separarse. Todos en su entorno le sugerían desde mucho tiempo atrás, que hiciera una terapia, pero él no creía en los psicólogos ¿Qué le iban a decir que ya no supiera?, tenía razón. Su intención aún hoy es arreglar su matrimonio, pero su esposa no quiere lo mismo.
Los psicólogos no estamos para arreglarle la vida a nadie, aunque se nos pide eso y seguramente habrá matriculados que creen que pueden hacerlo. No solo no tenemos ese poder, sino que cuando tenemos algún poder, el poder de la sugestión, si nuestra práctica es ética, no hacemos uso de ese poder.
Coincido con el periodista cuando dice: “hay gente que cree en los psicólogos y no puede hacer nada sin consultarles primero”. Lo que no sabe el periodista es que precisamente esas consultas son anzuelos que nuestros pacientes nos ponen y frente a los cuales debemos mantener la boca bien cerrada.
Nuestro trabajo, que la mayoría de los taxistas y ahora me percato que algunos periodistas también – lo digo con humor – suponen tan sencillo, no lo es tanto. 
Se trata de que aquellos que nos consultan, puedan descubrir ¿que es eso que no les permite hacer lo que quieren hacer? o ¿que es eso que les hace seguir haciendo lo que no quieren hacer mas? o ¿que es eso que les provoca malestar  cuando no hay razón para ese malestar? Y sobre todo se trata de que sean ellos mismos los que descubran las piedras en el camino, por que si somos nosotros los que se las mostramos, no las ven o dejan de verlas al abandonar el tratamiento.
El poder de las palabras no lo descubrimos los psicólogos, tampoco los periodistas. Antes que los periodistas y los psicólogos existiéramos sobre la faz de la tierra, la tierra ya era habitada por gobernantes y educadores, los religiosos, los que saben repartir que corresponde a cada quién, ese justamente no es el lugar del psicólogo.
Un abrazo a Tómalo Con Calma.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Enfermos ¿de que enfermedad?

Los casos de violencia de los que tomamos conocimiento gracias a los medios parecen no tener fin. Cuando pasa una temporada y no tenemos noticias acerca de muertes, graves lesiones, y otros delitos que tienen lugar en el ámbito de la familia, no es que no estén sucediendo, simplemente por alguna razón los medios no los seleccionan para ser noticia.
Cuando estos delitos son noticia, como lo son en estos últimos meses, dan la impresión de tener características de epidemia y de pronto como por arte de magia cada uno de nosotros conoce un caso que no llegó a la primera página, ni a la sección de policiales.
Escucho decir a los comentaristas de cola de banco: “la violencia es cada vez peor”, sin llegar a comprender si consideran que alguna vez la violencia estuvo ubicada, en una línea que iría de lo bueno a lo malo, más cerca del bueno o si se refieren a que cada vez hay más, o vaya a saber que cosa. Si la violencia es cada vez peor, es porque tal vez estemos reconociendo una enfermedad que nos afecta a todos en algún grado.
Entonces me pregunto: Enfermos ¿de que enfermedad?. Mi primera respuesta: enfermos de violencia. La violencia es una enfermedad nueva, recién en el año 2002 la OMS la considera problema de salud pública. Al pensar a la violencia como enfermedad, podemos pensar las formas en que esta afecta en lo particular. Surgen así, categorías como agresor y victima, lugares abstractos en los cuales al pensar cada caso ponemos a unos u otros, para poder intervenir.
Que los agresores son enfermos es algo que personalmente prefiero no negar. Que la gran mayoría de ellos son imputables tampoco lo niego. Enfermos e imputables puede ser un problema jurídico y lo es, ya que están a la vista sus consecuencias, en los hechos que a diario conocemos y en los que el sistema de justicia se muestra inoperante.
La violencia familiar o doméstica, y otros modos de violencia, no son un fenómeno nuevo, se encuentran trabajos sobre este tema que tiene más de cuatro décadas. La mayoría de ellos propone un modo de abordaje que en su implementación tienen relativo éxito en la superación de los conflictos no resueltos que terminan en violencia.
Se espera que el fenómeno desaparezca en su totalidad, no me inclino a pensar que esta meta pueda ser alcanzada. Como suele suceder con los fenómenos sociales es multicausal y su abordaje requiere del análisis caso por caso, forma que necesariamente presentará fallas.

miércoles, 9 de julio de 2008

Violencia Familiar - Un tratamiento para hombres

Las instituciones dedicadas a la prevención y erradicación de la Violencia Familiar son llevadas por la urgencia a generar propuestas asistenciales orientadas a la víctima. Las estadísticas revelan que son las mujeres, niños y ancianos, los principales perjudicados por los actos violentos en el seno de la familia.
Actualmente pocos son los programas y tratamientos orientados a la asistencia de los hombres denunciados como agresores. Esta realidad muestra el descuido por la situación de los hombres frente a sus conductas violentas y las consecuencias psicológicas y sociales.
Contrariamente a lo que se cree, las estadísticas evidencian un elevado porcentaje de casos que habiendo acreditado la asistencia a tratamiento logran los recursos necesarios para poner límite al ciclo de la violencia. (1)
En Morón la asociación civil sin fines de lucro ORION Salud Mental ofrece: orientación, asistencia y asesoramiento psicológico y legal, en casos de violencia masculina intrafamiliar.
El tratamiento especializado en violencia masculina tiene modalidad grupal, aranceles institucionales y está dirigido a todo hombre que requiera, por intervención de la justicia o por propia iniciativa, tratamiento psicológico con la finalidad de superar las causas que motivan la violencia y restablecer pautas de convivencia en armonía con el cumplimiento de las normativas vigentes.

Para consultas 0800 222 0534

(1)Fuente: Registro Estadístico y Perfil Sociodemográfico 1997 – 2007 Programa: "Grupo autoayuda para hombres violentos" Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires - Secretaría de Promoción Social - Dirección General de la Mujer - Documentación, Comunicación y Publicaciones Tel. 4323 8000 int. 4362 documentosmujer@buenosaires.gov.ar